El transporte de productos que requieren temperatura controlada, como alimentos perecibles, medicamentos y productos biotecnológicos, es una actividad crítica que debe cumplir con estrictas disposiciones sanitarias en Chile.
Tanto el tipo de vehículo, como su equipamiento térmico y los protocolos de operación están regulados por normativas nacionales que aseguran la calidad, inocuidad y trazabilidad de los productos durante toda la cadena logística.
¿Qué exige la normativa chilena?
Chile cuenta con un marco legal que regula el transporte de alimentos refrigerados o congelados, liderado por:
- Reglamento Sanitario de los Alimentos (RSA), del Ministerio de Salud.
- Norma Chilena NCh 324:2015, sobre vehículos térmicos.
- Resoluciones específicas de la SEREMI de Salud, según tipo de producto.
Los puntos clave que exige la normativa son:
- Vehículos con equipos de frío calibrados y capaces de mantener la temperatura específica del producto durante todo el trayecto.
- Superficies interiores lisas, lavables y resistentes a la corrosión.
- Separación de productos en compartimientos adecuados.
- Monitoreo de temperatura en tiempo real (idealmente digital).
- Limpieza y sanitización periódica, registrada.
🔍 Fuente: Reglamento Sanitario de los Alimentos
🔍 Fuente técnica: NCh324:2015 – Vehículos térmicos
¿Qué productos requieren temperatura controlada?
Los principales rubros que deben cumplir estas condiciones son:
- Alimentos congelados y refrigerados (cárnicos, lácteos, mariscos, frutas, preparados).
- Medicamentos y vacunas, especialmente aquellos con componentes termoestables.
- Productos químicos sensibles (ej. laboratorio o minería).
- Transporte logístico para hospitales o faenas remotas, donde se requiere mantener la cadena de frío.
Equipamiento térmico: características y soluciones
Para cumplir con estas exigencias, los vehículos deben estar implementados con:
- Paneles isotérmicos de alta densidad (PU).
- Sistemas de refrigeración o congelación certificados, eléctricos o por compresor.
- Sellado térmico de puertas y juntas.
- Sistemas de monitoreo digital (sensor + panel interno o remisión a distancia).
- En algunos casos, certificación ATP o HACCP (exportadores o grandes cadenas).
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Conclusión
Cumplir con las disposiciones chilenas para el transporte de productos con temperatura controlada no es solo una obligación sanitaria, sino también un requisito estratégico para garantizar la calidad, evitar pérdidas y construir confianza con los clientes.
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